Una mañana llena de muchas emociones vivimos este viernes 15 de noviembre en nuestra comunidad educativa San Damián de Molokai. Hoy fue el último día de clases de los y las estudiantes de IV medio.
La mañana se inició con la tradicional fotografía de curso, para para luego compartir un desayuno con el Equipo Directivo del Colegio. El Rector Luis Reyes señaló que el colegio prepara este desayuno como una manera de celebrar el tiempo que han estado con nosotros. “Les deseamos que todos ustedes tengan éxito en lo que se propongan”.
También les dirigió unas palabras Ximena Espinoza, Coordinadora Académica quien les señaló que “esperamos haber cumplido con acompañarlos en este camino. Les deseo lo mejor en la vida y que Dios los acompañe siempre. Que se lleven lo mejor de su colegio, de nuestro colegio”. En tanto, Vanessa Pizarro, Coordinadora de Formación les agradeció por abrirles la puerta de sus vidas y haberlos conocida. “Que Dios los cuide y proteja”.
Niños y niñas de Kinder A y B les dedicaron una canción y regalaron un recuerdo a cada uno de los cuartinos. A continuación, se dirigieron a la Biblioteca donde se les entregó un poema y se les deseó lo mejor en el nuevo camino que iniciarán. Luego, fueron al comedor y en una mano de cartulina escribieron un mensaje para sus compañeros, las que pegaron en un cuadro que formaba la insignia del colegio.
Las emociones siguieron una vez que regresaron a su sala de clases por última vez. En ella, su profesora jefe Trinidad Poblete les compartió sentidas palabras y les entregó un regalo que contenía una aguja para ir hilando los momentos de su vida; un anzuelo para ir haciendo buenas elecciones; una llave que abrirá y cerrará las puertas; una vela que significa la presencia de Dios en ustedes, que en los momentos de dificultad puedan acudir a él; y una cruz con un corazón que representa a la Congregación de los Sagrados Corazones. Además, el regalo tiene un código QR con mensajes de aliento de los profesores.
A continuación, salieron de su sala y recorrieron los pasillos del establecimiento mientras los y las estudiantes los despedían con carteles, deseos de éxito y una flor para cada uno de ellos. En ese momento, los padres y apoderados ingresaron al patio del colegio para retirar a sus hijos e hijas mientras un apoderado tocaba la canción del Adiós con Saxofón.